Restaurante mexicano situado en la calle Amigó nº 57, esquina con Madrazo, aunque tienen algunos locales más.
Es un restaurante acogedor, con una entrada muy pequeña pero con un comedor amplio. Tiene una carta más que aceptable y muy muy sabrosa. Los platos son pequeños, así que tenerlo en cuenta a la hora de pedir. Yo con compartir uno o dos entrantes, pedirme un plato y compartir el postre me quedo demasiado llena, pero es inevitable! Está buenísimo! Ah! Por cierto: si no os gusta el picante... tranquilos, pese a ser comida mexicana y la fama que suele tener ésta, los platos son normales y, si pican, lo pone.
Foto: www.atrapalo.com |
Los camareros son muy amables y atentos, y los ves, sin parar, yendo y viniendo con 4 o 5 platos por brazo con una sonrisa. El sitio es bonito aunque un tanto apretado: las mesas son pequeñas y los asientos banquetas individuales o bancos pegados a la pared. Eso sí, al lado de cada mesa hay colgador para los abrigos, cosa que se agradece.
Pegas: hay una a tener MUY en cuenta: no se puede reservar. Enseguida se llena y sino llegas antes de las nueve tienes que esperar bastante rato (la última vez que llegamos "tarde" tuvimos que esperar prácticamente una hora), seguramente en la calle ya que el sitio es estrecho y en la barra no hay mucho sitio, aunque te puedes tomar una cerveza de barril bien fresquita mientras tanto (ahora que parece que empieza a llegar la primavera, ya apetece más) o algún refresco en la barra. Si llegas a cenar "en el primer turno" te servirán rápido, pero claro tampoco podrás quedarte demasiado rato de sobremesa pues la lista de espera es larga.
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